Este mes de agosto, celebramos una fecha sumamente importante para Maplink: completamos 10 años de operaciones en América Latina. Una década que nos ha transformado y nos ha llevado a lugares que nunca imaginamos. Nuestra expansión comenzó con el desafío de un socio importante, que nos dijo que no había una empresa como Maplink en la región y que debíamos explorar mercados más allá de Brasil.
En ese momento, éramos una empresa diez veces más pequeña en términos de facturación de lo que somos hoy y enfrentábamos enormes desafíos en Brasil, lo que hacía que la idea de una expansión internacional no fuera nada obvia. Pero precisamente por no hacer lo obvio, Maplink sigue creciendo. En 2014, ya éramos una empresa con 14 años en el mercado, ya no una startup, lo que hacía aún más crucial el éxito de este movimiento.
La decisión estaba tomada. Planeamos entrar en México, Colombia y Chile. Sin embargo, al presentar el proyecto a nuestro inversor y al socio que nos alentó, nos dijeron que faltaba un país: Argentina. El escenario económico y político de Argentina siempre ha sido complejo, pero tanto nuestro inversor como nuestro socio insistieron en que el país era esencial. Tenían razón: hoy, Argentina alberga nuestra segunda oficina más grande en términos de número de empleados y muchos clientes importantes en varios sectores clave para la economía latinoamericana.
Comenzar esta expansión fue un gran desafío. Éramos una empresa brasileña, sin experiencia internacional, enfrentando múltiples monedas y culturas. Desde el principio, entendimos que, para tener éxito, necesitaríamos talentos locales, en lugar de enviar a nuestros mejores ejecutivos, corriendo el riesgo de perder a esas personas clave. Contar con un inversionista con presencia local en los cuatro países que elegimos —Argentina, Chile, Colombia y México— nos dio una ventaja significativa. Esto nos ayudó a reclutar talento y facilitó el inicio de nuestras operaciones.
Nuestra elección de reclutar talentos locales demostró ser acertada. Tuvimos la suerte de atraer profesionales que creyeron en nuestra visión, incluso cuando parecía arriesgado unirse a una pequeña empresa brasileña con un producto de nicho. En todos los mercados, logramos cerrar ventas en el primer mes de operación, lo que reforzó nuestra confianza y la de ellos.
Además, el momento de nuestra expansión fue perfecto. Había una demanda reprimida por nuestros productos, lo que nos permitió crecer mes a mes. En 2016, la llegada de Alejandro Singer como socio agregó aún más fuerza a nuestra operación. Pocas personas entienden tan bien las particularidades de América Latina, especialmente de Argentina, como él.
Hoy en día, nuestra operación, con oficinas en Buenos Aires, Santiago y Ciudad de México, atiende a clientes en toda América Latina y representa la mitad de la facturación de Maplink y el 40% de nuestros empleados. Nuestra capacidad de ofrecer facturación local, soporte en el idioma y una comprensión clara de las particularidades culturales y políticas nos brinda una ventaja competitiva única.
Para todos los que nos acompañan, les dejo un mensaje: Maplink no está en una carrera de 100 metros, sino en una supermaratón. Diez años pueden parecer mucho tiempo para algunos, pero para mí parece que fue ayer, y siento que aún tenemos mucho por conquistar.
Seguimos la jornada con el mismo entusiasmo y la misma disposición de siempre para enfrentar nuevos desafíos y explorar nuevas oportunidades. Gracias a todos los que han formado y forman parte de esta historia.
Escrito por Frederico Hohagen, CEO de Maplink.